Las 5 etnias más aisladas del mundo.

Las 5 etnias más aisladas del mundo

¿Os gustan los lugares inhóspitos? ¿Lugares que aún no han sido visitados? Es una gran satisfacción descubrir que todavía quedan muchas cosas por descubrir en este planeta. Todavía encontramos muchas cosas por descubrir en este planeta. Todavía quedan manchas blancas en los mapas, pueblos que viven al margen de la civilización. Cada vez menos eso sí, y los pocos que quedan viven amenazados por el avance de la civilización tecnificada, la tala de árboles…

Conocerlos supone una increíble aventura, una fuente de nuevos conocimientos, un acercamiento hacia la comprensión y tolerancia de otras culturas, de otros sistemas de vivir en un mundo que cada vez está más globalizado. A continuación vamos a hablar sobre las 5 etnias más aisladas del mundo. Algunas viven en paisajes de selva, inmersos de lleno en la naturaleza y otros pueden vivir entre nosotros, pero conservan un sistema de vida y unas creencias que pensábamos que solo existieron en el pasado.

5.Los Sentineleses

Los sentineleses constituyen una de las 5 etnias más aisladas del mundo, de echo se trata de una sociedad paleolítica prácticamente en estado puro. Nunca han salido de su isla, y por lo que sabemos nunca han sido contaminados con ideas del mundo exterior. Este lugar es el paraíso de un antropólogo… si fuese fácil desembarcar allí, porque normalmente los nativos reciben a los visitantes a flechazos, y la política de la India es no interferir en las costumbres y modo de vida de los sentineleses.

La Isla Sentinel del Norte se encuentra en el archipiélago indio de Andamán, en el golfo de Bengala del Océano Índico. Su idioma es el sentinelés. Se desconoce el número de habitantes pero se estima que puede ser entre 50 y 400 personas. Este grupo rechaza cualquier contacto con otras personas y se encuentran entre las últimas tribus que permanecen prácticamente sin tener influencias de la civilización moderna.

Los sentineleses son una sociedad que se han mantenido como cazadores-recolectores a lo largos de miles de años, la obtención de su subsistencia es a través de la caza, la pesca y la recolección de plantas silvestres, no hay ninguna evidencia de que practiquen la agricultura o el uso del fuego. Se cree que sus condiciones de vida deben de ser bastante duras. Si no fuera así, el crecimiento demográfico acabaría destruyendo los recursos de la isla.

Los únicos acercamientos que ha habido, han sido a partir de los años 90 cuando a partir de dejarles regalos, como fruta, cocos…. sin ningún otro tipo de pretensión, han permitido que se acerquen los barcos de los investigadores a la playas y los filmen recogiendo los regalos sin temor  a ningún riesgo físico. Hasta entonces cualquier persona que se acercase a las isla era masacrada por sus habitantes.

4. Los Korowai

Los Korowai, también conocidos como Kolufo, son un pueblo aborigen del sureste de Papúa Nueva Guinéa. Son cazadores-recolectores y horticultores itinerantes. Comen cerdos salvajes, ciervos, plátanos y harina de palma de sagú.

Se les ha llamado el pueblo árbol por su arquitectura especial; construyen sus casas en las copas de los árboles en medio de la selva, en las que conviven en grupos formados por 10 o 12 individuos. Estas casas son sostenidas por largas varas fuertes o vigas y su alta ubicación protege a los moradores de las inundaciones, de los mosquitos, del humo de las hogueras de cocina que sale fácilmente y de los ataques de animales depredadores o de enemigos que quieran capturarlos o matarlos.  Los vecinos se ayudan recíprocamente y participan todos en la construcción de la casa de cada familia.

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Parece ser que el pueblo de los Korowai, continúa practicando el canibalismo, aunque se lleva a cabo en forma de castigo tribal, solo los Khakhua Kumu, o también llamados hombres brujo.  Se les considera brujos que han tomado forma de hombre y se les hace responsables de misteriosas muertes en las aldeas, así que han de ser muertos y posteriormente comidos. Existen restos de canibalismo de los supuestos brujos, en los alrededores del pueblo.

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Creen en un espíritu creador que sin embargo no tiene mayor influencia en la vida cotidiana. Reverencian los espíritus de los antepasados. Celebran la fiesta del Sagú, para propiciar la fertilidad y prosperidad. Durante la fiesta se consumen unas larvas que crecen en el interior de los troncos en putrefacción de la palma de sagú y son vistas como portadoras fundamentales de vida. Justo antes de que los invitados se marchan ocurre el clímax del ritual con la eliminación de la barrera alrededor del “polo central y sagrado” situado dentro de un área con forma alargada construida especialmente para la fiesta, mientras un grupo canta para acompañar las danzas de fertilidad realizados por hombres jóvenes.

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Hasta la década de los años 70 no han mantenido ningún contacto con otro pueblo. Los extranjeros eran considerados como laleo o demonios fantastasmas. La tribu cree que todo el mundo sería destruido por un terremoto si alguna vez cambian sus costumbres, con lo que no desean salir de su aislamiento.

3.Los Mascho piro

Los Mascho piro son una de las 5 etnias más aisladas del planeta y por tanto uno de los pueblos más desconocidos. Se trata de una tribu peruana que vive en el parque nacional de Manú y que apenas ha tenido contacto con el exterior. Solo se conocía de su existencia por las huellas y por los restos de poblados que dejaban en su camino, pero la continua tala de árboles les ha hecho salir de su escondite y les ha llevado a asaltar poblaciones asentadas cerca del río Madre de Dios o Arumayu, un afluente del Amazonas. Armados con lanzas los indígenas armados con arcos y flechas exigían alimentos, sogas, ollas, machetes y otros instrumentos de utilidad.

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2. Los zo’és

Los zo’és son una pequeña y aislada tribu que vive en las profundidades de la selva amazónica en el norte de Brasil. Viven en grandes casas rectangulares con techos de paja, abiertas por todos los laterales. En ellas, varias familias viven en comunidad, duermen en hamacas que cuelgan de las vigas y cocinan en las hogueras a cielo abierto que hay por los laterales. Poseen grandes huertos donde cultivan mandioca y otros tubérculos, pimientos, bananas y muchas otras frutas y verduras y también cultivan algodón, que después utilizan para  tejer portabebés para las mujeres y para  unir las puntas de las flechas.

Es una sociedad en la que no hay líderes, existe la poligamia tanto para las mujeres como para los hombres. Son cazadores y aunque por regla general cada familia caza de forma independiente, en ciertas épocas especiales, como para la caza del mono gordo o de los pecaríes organizan cacerías colectivas para ser más efectivos. Pescan utilizando arpones y timbó, que es como un veneno que utilizan para pescar peces.

Los zo’és llevan un palo en el labio inferior con un enorme cilindro de madera del árbol del puturú. Cuando pierden todos los dientes de leche, perforan el labio inferior con el afilado hueso de la pierna de un mono araña y cada vez van cambiándolos por palos más gruesos. El puturú es una auténtica señal de identidad de su estirpe. Las niñas además llevarán la ayrellá, una diadema de plumón que las distingue de los hombres y que llevarán después de su primera menstruación.

Los zo’és son curiosos, y desean ver y comprender el mundo que hay más allá de sus fronteras. En febrero de 2011, por primera vez, un grupo de zo’és viajó a Brasilia, la capital de Brasil, para reunirse con varios órganos gubernamentales.

Hablaron de sus preocupaciones por la presión sobre su territorio y dejaron claro que desean participar activamente en un programa para protegerlo. También manifestaron su deseo de contar con un programa educativo adaptado a sus necesidades, así como de otro que forme a los zo’és como agentes sanitarios.

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1. Viejos Creyentes

Los viejos Creyentes o raskólniki  son una de las 5 etnias más aisladas del planeta aunque viven dentro del mundo globalizado. No hay que ir a buscarlos a lugares recónditos del planeta y sin embargo mantienen una cultura, lengua y modo de vida que perdura desde el siglo XVII. Se trata de  cristianos que siguen la antigua liturgia y cánones eclesiásticos anteriores a la reforma de Nikon en Rusia, en el año 1654. Fueron perseguidos y escaparon a las remotas regiones de Rusia. Hoy en día la mayoría se en encuentran en los alrededores del lago Peipsi en el este de Estonia. Son unos 15.000 miembros y su religión es una expresión de la antigua iglesia ortodoxa rusa.

Conservadores de moral estricta, en su sociedad está prohibido el alcohol y el tabaco, así como rasurarse la barba. Utilizan solo dos dedos para persignarse, mientras que la reforma ortodoxa utiliza tres. Además continúan remitiéndose a la antigua traducción de los textos bíblicos de la Iglesia eslava y no emplean cantos polifónicos. Los viejos creyentes utilizan solo iconografía tradicional de estilo Bizantino y ejecutan muchas reverencias y postraciones durante los servicios religiosos que pueden durar varias horas.

En su huida y posterior dispersión por todo el mundo se asentaron también en países latinoamericanos, en EEUU y en Canadá. Viven del cultivo de cereales, verduras, ganadería, apicultura y pesca. Esta gente está agrupada en comunas, pero cada familia administra su hacienda de forma independiente. 

Los viejos creyentes consideran que el hombre debe pasar la vida rezando y trabajando. Y ellos trabajan sin descanso, consideran el ocio como uno de los mayores pecados. Reciben las visitas únicamente los domingos y días festivos, para no distraerse del trabajo. Los viejos creyentes no reciben nada gratuitamente, solo pueden tomar prestado. Los principales productos que consumen, tales como las verduras, el pan, la carne, deben ser de la propia hacienda. En la tienda compran lo que no pueden producir ellos mismos, por ejemplo azúcar, sal.

El investigador Evgueni Lushev señaló  “Los viejos creyentes hablan un ruso absolutamente puro, que asombra por su admirable conservación. Para los viejos creyentes de la Argentina la lengua rusa es como un santuario, se sienten orgullosos de haberla conservado y que la generación menor también habla un ruso puro. Lo interesante del caso es que ellos dominan en igual medida la escritura contemporánea como la de los viejos creyentes”. 

La mayoría de los viejos creyentes permanecieron en su Rusia natal, pese a las persecuciones, los que se fueron continúan anclados en el pasado manteniendo las mismas costumbres, la misma forma de trabajo e incluso la misma lengua. Respetan las costumbres del país que les ha acogido, pero no lo consideran su patria, ya que esta continúa siendo la vieja Rusia.

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