Entrando el invierno y sufriendo los rigores del frío, de las heladas y de las nieves seguro que te están planteando hacer un viaje a algún sitio más cálido y benigno. Te hacemos una recomendación. Haz un viaje a Menorca en esta fechas y busca el calor. Es fácil: Coge el avión, consulta cómo alquilar coches en el aeropuerto de Menorca y ¡disfruta de una experiencia única! Estas son nuestra cinco razones para viajar a Menorca.
5. El clima invernal de Menorca es envidiable
A ver, Menorca en invierno no es para bañarse pues el agua del mar, aunque se mantiene a unos 14ºC, está algo fresca. Pero nos alejamos de las heladas de la península Ibérica. La temperatura media en invierno es de 12ºC, con mínimas de 5ºC, y las heladas son muy, pero que muy raras. Pasear es un placer con estas temperaturas.
4. La cultura talayótica
Restos arqueológicos únicos de Menorca son las misteriosas taulas, enormes mesas pétreas en forma de T, que se remontan a la cultura talayótica, hace más de 3.300 años. También podemos visitar talayots, torres y navetas de enterramientos. Un verdadero museo prehistórico, sobre todo el poblado de Son Catlar, el mayor de todas las islas Baleares.
3. La tranquilidad mediterránea
Menorca es una de las islas Baleares menos visitadas con lo que ha resistido mejor a la masificación que, por ejemplo, Ibiza o Mallorca. Permite además caminar por senderos con historia como el Camí de Cavalls, un sendero histórico de 185 km que da la vuelta a Menorca por el litoral y conecta antiguas atalayas o torres de vigía, faros y trincheras. La mejor forma de descubrir la riqueza natural y patrimonial menorquina.
2. Las playas
Menorca está repleta de pequeñas y escondidas calas que en esta época podemos disfrutar por medio de los deportes náuticos: kayak, buceo, vela… Son calas totalmente vírgenes de aspecto paradisíaco, con aguas cristalinas y arena blanca, como las de Turqueta o Mitjana. ¡Qué mejor modo de pasar de los fríos invernales!
1. La gastronomía menorquina
Como isla mediterránea que es, Menorca también nos ofrece una interesante gastronomía propia. Su cocina mezcla herencias musulmanas, francesas e inglesas. Además de su repostería y platos de marisco, como la caldereta de langosta, destacan sus dos productos estrella: el queso de Mahón y la pomada menorquina. El queso de Mahón, que cuenta con denominación de origen, elaborado con leche de vaca, es de forma cuadrada y se presenta en distintas formas de curación. La pomada menorquina es un aguardiente tradicional.