Cuando nos enfrentamos a un proceso judicial, ya sea en el ámbito de familia, laboral o penal, la figura del psicólogo forense se vuelve crucial. Su trabajo se materializa en un informe pericial psicológico, un documento técnico y objetivo que actúa como prueba ante el tribunal, aportando una valoración especializada sobre aspectos psicológicos relevantes para el caso. Contratar a un experto en esta área es una decisión de gran calado que puede influir decisivamente en el resultado del procedimiento. Por ello, te presentamos cinco claves fundamentales a considerar para asegurar una elección acertada.
1. Elegir un profesional especializado: Psicología forense no es psicología clínica
Esta es, sin duda, la clave más importante. Es fundamental diferenciar la figura del psicólogo clínico o terapeuta de la del psicólogo forense. Mientras el primero busca la mejoría y bienestar del paciente, el forense tiene una función distinta: evaluar e informar con objetividad e imparcialidad en el contexto judicial.
El profesional debe tener formación y experiencia específica en psicología forense, ya que conoce los protocolos, instrumentos de evaluación validados para el ámbito legal (que detectan simulación o disimulación) y, lo más importante, la estructura y los requisitos formales que un tribunal espera de un informe pericial. Un informe realizado por un terapeuta, aunque pueda aportar un historial, no tendrá la validez ni el rigor metodológico exigido.
2. Evaluar la imparcialidad y el rigor científico
Un informe pericial psicológico debe ser, ante todo, objetivo, imparcial y riguroso. Un buen perito, aunque sea contratado por una de las partes (perito de parte), tiene el deber ético y profesional de aplicar una metodología científica estricta y de reflejar la realidad psicológica evaluada, independientemente de si los hallazgos son favorables o desfavorables para quien lo contrata.
Asegúrate de que el psicólogo forense base su evaluación en pruebas científicas y validadas (tests, entrevistas protocolizadas, análisis documental), y que pueda justificar su metodología y sus conclusiones ante el tribunal. La transparencia y la solidez de las pruebas utilizadas son el principal argumento contra un posible contrainforme. Empresas como PsicoStasis hacen hincapié en la importancia del rigor y el pensamiento crítico en la elaboración de estos documentos.
3. Definir claramente el objeto de la pericia
Antes de iniciar la evaluación, el psicólogo forense debe tener absoluta claridad sobre la pregunta jurídica a la que debe responder el informe. ¿Se trata de valorar la capacidad parental, las secuelas psicológicas tras un accidente, la imputabilidad de un acusado o la credibilidad de un testimonio?
El objetivo debe ser concreto y relevante para el proceso judicial. Una comunicación fluida entre el abogado y el perito es esencial en esta fase. Si el objeto de la pericia es demasiado amplio o vago, el informe perderá foco y, por tanto, validez como prueba. Un profesional experimentado te ayudará a acotar la pregunta de forma que sea psicológicamente evaluable y legalmente pertinente.
4. Solicitar un trabajo completo y detallado
Un informe pericial de calidad no se hace “en dos tardes”. Implica un proceso exhaustivo que va desde el estudio previo del caso (análisis de la documentación judicial), la evaluación psicológica rigurosa (entrevistas, administración y corrección de tests), hasta la redacción detallada y justificada del informe y, finalmente, su defensa o ratificación en la vista oral.
Un presupuesto detallado que cubra todo el proceso es un buen indicador de profesionalidad. Pregunta qué incluye exactamente (número de sesiones, pruebas, redacción, ratificación judicial, si fuera necesaria). Desconfía de los precios excesivamente bajos, ya que un trabajo completo y meticuloso, que garantice su peso probatorio, requiere una inversión de tiempo y recursos significativa por parte del profesional.
5. Considerar la defensa del informe en sala
El informe pericial psicológico no es solo un documento que se adjunta, sino una prueba que se defiende. El psicólogo forense, en la fase de ratificación judicial, debe exponer y argumentar sus conclusiones ante el juez y someterse a las preguntas y el contrainterrogatorio de las partes.
Asegúrate de contratar a un profesional con habilidades de comunicación y oratoria para el entorno judicial. Debe ser capaz de explicar conceptos técnicos de forma clara, directa y comprensible, mantener la calma bajo presión y defender su trabajo con seguridad y solvencia. La mejor forma de comprobar esto es preguntar por su experiencia previa en ratificaciones judiciales.